"El confuso estruendo de Londres era como el registro de un órgano lejano"

domingo, octubre 30, 2011

"Gone with the wind"

Volvía al café solo, no leche, no tres granos de azúcar, no agua de más, no galletas acompañando.

Lo tenía en su termo desaparecido y bien grabado en sus recuerdos. Lo agarraba fuerte hasta que se le fueron rompiendo poquito a poquito los huesos de los dedos. Hacían "crac" y quedaban colgando. Es que hacía mucho frío.
Avanzaba por la calle y todo era de color cemento y ceniza. Sus botas eran color sol, y su vestido color tierra. 

Mientras se alejaba o se acercaba, depende de cómo se quiera mirar, encontró a un hombre con pipa sentado en un banco. Un hombre muy hombre, muy con bigote y muy con chaleco y con labios secos.
Pasó a su lado y éste la buscó con los ojos. Ella arrastraba el paraguas al moverse y tarareaba.
"Mira, niña. ¿Ves este viento? ¿No es maravilloso? Es viento de castañas"

No se paró a ver si decía algo más, él giró la cabeza y miró para otro lado sonriendo. Así que ella hizo lo mismo. Caminó pensando en esa frase y en que el viento era amigo de castañas o mejor dicho, posesión de ellas. Pensó que igual todas las cosas tenían parte de viento para ellas y que ella ya no tenía nada, porque ella iba de aquí para allá, movía cosas y a veces se quedaba quieta, por lo tanto, también era viento, y si era viento, era posesión de castañas.