"El confuso estruendo de Londres era como el registro de un órgano lejano"

martes, enero 18, 2011

"Don't be a bee"

      Aquella noche era una de esas de persianas subidas y de corazones jugando a ser baquetas de tambores. El oxígeno era de Luna y de tu boca, o al revés. Se escapaba, no era lo suficientemente aspirable, no olía lo suficiente a tu peluche, ni a su algodón ni a su color grisaceo. Así que decidió respirarlo, aferrarse sólo a lo necesario, a tus recuerdos a té y a canciones mal entonadas, y deshacerse de tu frío y de tus no-sonrisas para ella. Lo cierto es que caminaba encima de sí misma y de los demás, cada paso era más profundo y hondo que el anterior. Sus intenciones eran inofensivas o sinceras, sabía que una de eas dos bailaba bien en su contexto. Lo hacía para no dejar a nadie vivo y que pudiese hacer daño a alguna abejilla más. A ella le gustaba compararse con ellas porque las abejas eran estúpidas, les volvían locas las flores con perfumes atractivos y colores engañosos. Automáticamente zumbaban de camino a ellas con las alas dibujando corazones y más que zumbido os juro que se parece más a un ronroneo. Aterrizaban encima de su parte más pomposa y llena de perdición, alimentándose de ellas, viviendo por y para ellas. Más tarde, después de beber toda su sensualidad, ocurría algo, incidente o accidente, y aquellas pobres bolitas de vestidos negros y amarillos, tenían que defenderse. Sólo que las abejitas no sabían que no levantarían cabeza, no sabían que si plantaban antenas, en vez de cara, no volverían a beber sensualidad nunca más, ni sentirían el polen bajo su barriga rechoncha, ni sus tres pares de pies volverían a sentir cosquillas encima de pétalos que contaban mentiras. Por todas esas razones, ella se dedicaba a pisotear cada flor que encontraba (literal y no literalmente) cada vez que las veía y las clasificaba como posibles asesinas de abejas. Maldijo el momento en el que no pisó a aquella de color negro y tallo verde, y en vez de eso, decidió clavarse su propio aguijón.

1 comentario:

  1. :)Ellas no sabía que nunca más levantaría la cabeza pero nosotras sabemos que después de cada caída toca levantarse

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